Ya no te pertenezco, vida

Ya no te pertenezco, vida.
Soy más del otro sueño.
Ese que tinta de ocre el horizonte
y cubre los campos de maíz en el estío.
Ya solo quiero oír el respirar de la tierra,
esa que de vida llena el espíritu del agricultor,
esa que siempre está presente,
aunque te mueras. Aunque me muera.
El testigo de la vida se regala de mano en mano,
la ilusión se hace grande en el futuro.
Y los futuros emparejados llegan con mil quehaceres.
Y dejamos paso al viento, a la luz y a las tinieblas.
Un planeta en forma de estrella de desvanece:
una estela larga llena de luz imprime gran belleza
y dibuja un capricho de lluvia de plata
en la enorme cúpula del mundo.
Mañana tendremos luz,
la tierra volverá a sentir
cada paso, cada gesto, cada adiós.

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