Filantropía

Filantropía, qué palabra tan rara.
Suena de fondo el tic tac de un reloj,
marcando el ritmo de la vida,
perenne, constante, inagotable.
Mientras, la noche duerme,
y se rompe el sonido del silencio.
Fiñantropía: esa palabra que significa tanto.
O tan poco.
Enciendo un pitillo
y exhalo el humo de mil recuerdos.
¿Acaso yo soy así?
Desnudo de alma y cuerpo,
observando el dolor y la risa.
Mirando al futuro, consumiendo el momento.
Dar todo porque sí. Fallar. Levantarse de nuevo.
Ser solo uno mismo, ser siempre para los demás.
Ser esperanza y aliento,
abrir la puerta a la vida y olvidar.
Vivir, vencer, superar y cumplir los sueños.
Dormir tranquilo,
ayudar.
Y siempre estar ahí: soñando. Viviendo.
Venciendo.

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